Difícilmente podré ser correcta con este post.
Hay miles de millones de lecturas en la red con florecitas silvestres, y frases fucsias...
Por esta web no abundan, y mucho menos, ¡hoy!.
¿Qué por qué?
Porque desde que corro me cago...
Sí, me cago.
Y no de palabrota de las mías. No.
De cagarse, ¡cagarse!.
Había escuchado de la "incontinencia urinaria en la meta de una carrera"…de los “3 pises de los nervios justo antes de la salida"… y yo pensaba:
“¡ Eso no le pasa a nadie! ¡ Qué exagerados!”.
Pues…damas y caballeros esto pasa.
El pis. Y lo que no es pis.
Obviamente no estaría desatando este martes "marrano”, si sólo me hubiera pasado una vez…
1.- Entreno mañanero. Apretón. Llego a casa. Respiro.
2.- Apretón de ida. Llego tarde a la Carrera de la Mujer. Apretón de vuelta. Llego a casa. Respiro.
3.- Entreno vespertino. Apretón. Apretón que no cede. APRETOOOONNNNN... ¡¡Matorrales!!…
Y respiré, pero empiezo a preocuparme.
Seguramente tenga que hacer la digestión antes de salir. Correcto.
Cambiar mi dieta. Pendiente.
Reeducar mis intestinos. Complicado.
Salir con bolsitas+pañuelos. Imprescindible.
Series de sentadillas. Non Stop.
Mejorar mis técnicas de camuflaje. Jodido.
O patentar mallas absorbentes. Quiero llorar... 
M, M, M... my Sharona!
Pero haré lo que haga falta para dejar de correr con las nalgas apretadas, y contrayendo mi esfínter más oscuro.
Así que si alguno de vosotros, conoce zona de alquiler de arbustos, hechicero de tribu anti-apretones o fábrica de corchos a medida, ruego contacte a través de esta página.
Cualquier otro remedio casero será tenido en cuenta.
Sondas anales, por favor abstenerse.
Y sí…las bragas londinenses serán negras.
Las más negras que encuentre...