A veces tendríamos que comernos nuestras propias palabras.
Esas frases de madre que decimos al aire, sin escucharnos y contradiciéndonos...
Sin querer, ¡por supuesto! Sin ser conscientes...pero siempre, ¡SIEMPRE! escuchadas y analizadas por los pequeños delincuentes que tenemos alrededor.
Y ahí es donde empieza nuestro pequeño gran problema.
FRASES DE MADRE COMUNES
"¿Por qué no haces lo que te digo a la primera? ¿ que estás sordx?".
"Mírame cuando te hablo por favor".
"Recoge tu habitación".
"Ya está bien de jueguecitos".
"Haz la cola y espera tu turno".
La lista podría ser infinita y confirmo que es agotadora, porque son frases que se heredan de generación en generación y que nunca pensamos que se las diríamos a nuestros hijos en el mismo tono en el que nos las decían a nosotrxs.
Por otra parte estaréis conmigo en que son frases aburridas, de esas que dan pereza, necesarias, pero tristonas.
Yo, sin dudarlo me quedo con las frases más viscerales, las que ya se usaban en el Paleolítico y que nunca fallan. Esas no sólo las entonamos como nuestra santa madre, sino que las acompañamos de gestos y aspavientos exactamente iguales a los que hacía ella.
Va en los genes, banda mía ¡¡y de qué manera!!
FRASES DE MADRE VISCERALES
"Está, donde lo dejaste EN SU SITIO".
"¿Te crees que soy el Banco de España?".
"Tómate el zumo que se van las vitaminas"
"Si no lo comes, lo cenas"
"Como vaya yo...".
Os he preguntando en Instagram y en Facebook cuales son vuestras preferidas, y seguro que me dais carnaza para liar algo, pero por ahora recapitulemos.
* NOTA AÑADIDA EN AGOSTO DEL 2021
Tanta carnaza me distéis en su momento, que la colección de FRASES DE MADRE ya está disponible en nuestra Tienda Online... ¿Quíén me lo iba a decir en Noviembre del 2019...?
¿Por qué digo que ahí es donde empieza nuestro pequeño gran problema?
Pues porque nosotros en paralelo, y como escribía antes, sin querer y sin ser del todo conscientes:
Siempre contestamos con un “espera que ahora termino de ...".
Les hablamos desde cualquier parte de la casa a grito pelao.
Recogemos nuestra habitación cuando podemos.
Vivimos pegadxs a una puta pantalla.
Y del respeto de los adultos haciendo colas, ya sabéis mi opinión: "Que me chup..."
Así que centrémonos:
Asumamos lo antes posible, que nosotros nunca encontramos las gafas de sol a la primera (de las de ver, mejor no hablamos)
La deuda en tiempo de calidad con nuestros hijos, supera a la del Banco de España.
Es un ejercicio de mentalización y de tomarse unas cervezas sin que se vayan las vitaminas.
Y así, viviremos más tranquilxs (por lo menos hasta la cena).
Eso sí, como llegues al salón y preguntes con voz quebrada a lo Rod Stewart: "¿Voy bien así a la reunión del cole?"
Sólo tienes que fijarte en las caras de padre e hijo, para saber que o actualizas tu armario o te piras a Madagascar...
Sed felices lemures míos, sólo sed felices.