HEIDI

HEIDI

 

¿Quién no quiso sentirse Heidi por un momento?. Todo el día descalza, corriendo por las montañas, sin tener que ir al cole y con un amigo buenorro que cuidaba cabras…

Ay Pedro, que callado te lo tenías bribón...

LA HISTORIA REAL DE HEIDI BASADA EN VUESTRAS ENCUESTAS MARRANAS




Heidi, era una niña de 5 años, que vivía con sus tíos Adele y Luca en la ciudad.
Formaban una familia feliz, a pesar de que a los adultos cada vez les resultaba más difícil “triunfar” como en los buenos tiempos.
Los dos preferían enrollarse por la noche, como el 50%, aunque Luca no era demasiado tiquismiquis con los horarios y siempre estaba dispuesto, como el 36% de los encuestados.

A veces era difícil llegar a la cama sin que el otro estuviera dormido.
Ella alguna vez lo había despertado como el 68%. Pero en cambio dudaba si dejarse como el 48%, o matarlo como el 44%, si fuera Luca el que la despertara por la retaguardia.
En aras de intentar reavivar la llama del desenfreno, pactaron empezar a enviarse mensajes calientes. Como el 47%, Adele nunca lo hizo, y Luca como el 55%, todavía menos que Adele.

Después de muchas noches sin toqueteos, Adele decidió poner fin a la sequía, y como el 53% de las aquí presentes, quiso sorprender a su marido con un regalito marrano.
Mientras fisgaba todos los cachivaches en el sexshop, se imaginaba a Luca haciendo lo mismo en el otro extremo de la ciudad, y se calentó. Luego cayó en la cuenta, de que él formaba parte de ese 63% que nunca había llegado a casa con una sorpresa sexualona.

Adele abrió los ojos ante un objeto grande y violeta, al que sólo le faltaban lucecitas, y tras comprobar que la vibración era bastante silenciosa y la autonomía muy aceptable, decidió que esa iba a ser su salvación.

Al llegar a casa, vio a Heidi en el salón. Le dio un beso y le preguntó:
“ Hola cariño, ¿qué estás viendo?”

“ A Peppa, tía”
“ ¿Y acaba de empezar?…”
“ Sí, acaba de empezar”
“ Pues hala, no te muevas de aquí que este capítulo no lo vuelven a repetir ¡NUNCA JAMÁS!”.

Subió las escaleras sintiéndose keniata, y para alegría de sus fluidos, oyó el agua de la ducha en el baño principal. Mientras se quitaba la ropa, se dio cuenta de que reconocería a su marido a oscuras como el 85% aseguran que harían. Le entró la risa al pensar que sólo un 62% de mujeres, creen que sus maridos las reconocerían a ellas. (¿Tanto despistan unas tetas?”).

Abrió la mampara, le tocó el culo a su marido y escuchó:
“ Epaaaa ¿Queremos mambo, eh? ¿Y Heidi, está controlada?”
“ Sí, está viendo Disney Channel…”
“ ¿ Y crees que nos podemos liar?”
Adele sabía que un 58% de parejas con ñus, jamás se fiarían de Disney Channel para triunfar en paz, pero tenía claro que tenían que arriesgarse…y sin más explicaciones, se lanzó sobre su marido cual fiera lujuriosa.

En plena faena, intentaron imitar el polvazo de 1999 en la ducha de los padres de Adele, y se preguntaban ¿cómo un 17% renunciaba al morbo de hacerlo en casa de sus suegros?.

De repente vieron abrirse la puerta del baño. Heidi traía la bolsa del sex shop en la mano...
“ Tía Adele, te has dejado esta bolsa en el sillón”.
“ Ah….vale…vida…gracias…déjala ahí por favor”.
“ ¿ No la necesitas?”

“ No, no cariño, me apaño…pero...¿has visto lo que hay dentro?”.
“ Sí, un pajarito violeta”
“ Cariño baja al salón que enseguida vamos nosotros”.


Heidi salió del baño. En lugar de relajarse como el 67  y el 74% en ambos casos, Adele entró en shock.
“ Amore, tranquila. No sabe lo que es. Dijo que era un pajarito...¡tranquila!.”
“ Madre, madre, que vergüenza Luca, ¡que vergüenza!. Creo que tenemos que tener una conversación con ella, no puede ir por la vida pensando que los pajaritos tienen esa forma...”

Se vistieron y bajaron al salón.
Prepararon la cena. Acomodaron la mesa y cuando los 3 estaban sentados frente a las lentejas, Luca decidió tomar las riendas de la conversación.
“ Heidi, tenemos que hablar de lo que has visto en el baño”
“ ¿De qué tio?”
“ ¿De verdad no sabes que es lo que había en la bolsa de tu tía?”
“ Sí tio, un pajarito violeta”
“ Vale, y viste algo más, ¿me viste a mi?”
“ Sí tio, también vi tu pajarito…pero no es violeta”
“ Vale vida. A ver...tienes que saber, que ni lo de la bolsa de tu tía, ni lo mío, son pajaritos…son...pollas…”
“ No tío no, son pajaritos”
“ No Heidi no, son pollas…”
“ No tío no, son pajaritos”
“ No Heidi no, ¡¡son pollas!!”
“ No tío no, ¡¡son pajaritos!!, ¡¡ LO QUE TIENE PEDRO ES UNA POLLA!!”.

Y así fue, como Heidi se fue a vivir para siempre con su abuelito. Todo por culpa de vuestras encuestas marranas.

Gracias a todxs por vuestra participación y desenfreno, y en especial a desmadreando que me ha cambiado la visión de Heidi de por vida.

Y fueron felices, y comieron... (ejem...)

 
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