POLICIAS Y ESPOSAS

POLICIAS Y ESPOSAS

En todo interrogatorio que se precie, siempre hay un poli bueno y uno malo.

La mayoría de las veces, consiguen dominar al delincuente para que confiese, para que acepte el castigo o la libertad, como consecuencia de sus actos.
Si trasladamos esto a una familia, cada progenitor sería un tipo de poli.
Primer problema: En mi casa, hay un poli, y una desquiciada.



El poli observa diligentemente hacia donde se decanta el embrollo.
La desquiciada-buena puede negociar tranquila, y todo queda en un “susto”, o puede pasar en cero coma, a desquiciada-psicótica. Los cimientos del edificio tiemblan, y todo resulta un “caos”. Es ahí cuando el poli decide que papel asume.
Segundo problema: La desquiciada-psicótica soy yo. ¡¡¿Pasa algo?!!!

Si el interrogatorio es a puerta cerrada, el delincuente obtiene más confianza.
Yo en casa parece que me controlo algo mejor. Siempre he presumido de querer dialogar con mis hijos. Sin desconocidos perfectos que analicen mi comportamiento, o peor aún, el de mis hijos, tengo libertad. Me da serenidad para poder repetir las cosas 4 veces como una desquiciada-buena, aunque el volumen vaya aumentando progresivamente.
Tercer problema: Esposas por favor.

Si sólo habla el poli, no se consigue información, no hay resolución posible.
Cuando mi conversación se convierte en monólogo, frente a oídos infantiles sordos y desobedientes, y enlazan una con otra, sin respiro…
Cuarto problema: Se acentúa el tercero.

Cuando sólo hay un poli, en un tu a tu, la situación se resuelve, por las buenas, o por las malas, pero con un sólo argumento.
Generalmente en un yo-delincuente pasa lo mismo. Se lo que quiero y como conseguirlo, nadie me rebate o lo haría de otra forma. Pero si en el momento álgido, aparece el poli (ni bueno ni malo), y me echa esa mirada de “están pasando de ti, no te impones, y te lo dije” o “no crees que estás exagerando”…se me va la pinza, y …
Quinto y último problema: Termino discutiendo también con el poli.

¿ Cómo evitar los problemas? ¿ Cómo no sentirte una loca que no domina a sus hijos? ¿ Cómo evitar la sensación continua de que si riñes la cagas, y si no riñes también? ¿ Cómo no discutir con el otro poli?

Pues muy fácil, o te convences hablando con tus amigas de que todas tenemos delincuentes desobedientes. Mal de muchos, consuelo de tontos.  O por fin te convences de que no son problemas. Son polis corruptos.

Tu desahógate. Y resuelve.
Dialogando. Perfecto.
Gritando. Perfecto.
Lanzando zapatillas. Perfecto.

El juez siempre podrá dictaminar enajenación mental transitoria.

Lo siento por todas aquellos que abristeis este enlace pensando que los policías y las esposas iban por otros derroteros. ¡¡Seguro que todos!!jajaja.

Mentes sucias...algún día será vuestro día.

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